Chofer del camión de San Antonio, acusado por la fiscalía

James Matthew Bradley Jr podría enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua.

La fiscalía en San Antonio acusó este miércoles a James Matthew Bradley, Jr., de 60 años de edad, por su papel en una operación de tráfico humano que tuvo como consecuencia la muerte de diez indocumentados, según anunció el fiscal Richard L. Durbin, Jr, y el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).

Uno de los cargos que se le presentaron a Bradley podría acarrearle una pena de cadena perpetua o la pena de muerte, según explica el comunicado difundido por la Oficina del fiscal del Distrito Occidental de Texas.

La acusación contra Bradley consta de cinco cargos cargos, con un cargo de conspiración al transporte y indocumentados con el fin de obtener ganancias financieras que resulten en la muerte. También hay un cargo de transporte de extranjeros indocumentados que trajo como consecuencia la muerte; una conspiración para transportar y albergar a extranjeros indocumentados con el fin de obtener ganancias que resultaron en lesiones corporales graves y poner vidas en peligro; un cargo de transporte de extranjeros indocumentados con lesiones corporales graves que pusieron las vidas en peligro, y un cargo de posesión de un arma de fuego.

Según los documentos judiciales, los oficiales del Departamento de Policía de San Antonio (SAPD) respondieron a una llamada en el almacén Wal-Mart ubicado en 8538 la Interestatal 35 en San Antonio poco después de la medianoche del domingo 23 de julio. Un oficial encontró un camión detrás de la tienda, donde estaban varias personas dentro y fuera del tráiler. Al llegar al sitio, los agentes descubrieron 39 personas indocumentadas.

Las autoridades también hallaron una pistola de calibre .38 dentro de la cabina del camión. Bradley, que fue arrestado en el sitio, ha permanecido bajo custodia federal desde entonces. De los 39 indocumentados descubiertos, diez murieron, dos permanecen hospitalizados, 22 están bajo custodia federal como posibles testigos y cinco personas han sido dados de alta del hospital u entregados a las autoridades migratorias.

También se dieron a conocer los nombres de ocho de los fallecidos. Ellos son Rubén Hernandez Vargas, de 27 años; Osbaldo Rodriguez-Cerda, de 21 años; Jorge Reyes Noveron, de 26; Mariano López Cano; José Rodríguez Aspeitía de 36 años; Benjamín Martínez Arredondo, de 37 y Ricardo Martínez-Esparza, de 24, todos oriundos de México. También murió Frank Fuentes González, de 18 y de Guatemala. Las últimas dos víctimas mortales sólo fueron identificadas como un menor de edad y un adulto.

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