Cuando uno viaja a Perú, un destino obligado es la ciudad andina de Cusco -o Cuzco, como la llamaron los españoles- y las ruinas de Machu Picchu, ahora una de las maravillas del mundo.
Pero hay otra opción no menos atractiva pero sí bastante curiosa y un tanto inaccesible... o no.
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Se trata de un refugio colgante en una de las montañas del Valle Sagrado de los Incas.
Para llegar al refugio, hay que escalar una montaña vertical como una pared y caminar por la vía ferrata.
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Son varios módulos separados y colgados de la montaña.
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Cada módulo es un hospedaje con camas, comedor y baño, pero sus paredes y techo son transparentes y queda literalmente en el aire, a 400 metros de altura.
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Es decir, quedarse allí implica dormir sobre el Valle Sagrado y apreciar también una maravillosa noche estrellada.
O como dicen sus promotores, es como quedarse en un "nido de cóndores".