Ferguson: Amaina la violencia

FERGUSON, Missouri - Los refuerzos de la Guardia Nacional ayudaron a contener las últimas protestas en Ferguson, evitando una segunda noche de caos con incendios y saqueos como la vivida el lunes después de que un jurado investigador decidiese no acusar al policía blanco que mató al adolescente Michael Brown.
 
Los manifestantes volvieron a salir el martes a las calles de Ferguson, marcada con las cicatrices de la revuelta, pero con cientos de tropas adicionales vigilando vecindarios y negocios, tuvieron un poder mucho menos destructivo que la noche anterior. Sin embargo, los agentes tuvieron que emplear gas lacrimógeno y espray de pimienta contra quienes protestaban, que incendiaron un coche patrulla de la policía y rompieron ventanas de la municipalidad.
 
Mientras la tensión se aliviaba un poco en Ferguson, el policía Darren Wilson rompió su largo silencio público para insistir, en la televisión nacional, en que no podía haber hecho nada diferente en su enfrenamiento con Brown.
 
El balance las protestas del lunes - 12 edificios comerciales totalmente quemados, ocho incendios más y una docena de vehículos carbonizados - llevaron al gobernador de Missouri, Jay Nixon, a movilizar un amplio contingente adicional de la Guardia Nacional.
 
El gobernador ordeno que los 700 efectivos iniciales aumentasen a 2.200 con la esperanza de que su presencia pudiese ayudar a las autoridades locales a mantener el orden en el suburbio de San Luis.
 
"Deben protegerse las vidas y las propiedades ", dijo Nixon. "Este comunidad se merece tener paz".
 
Unidades de la Guardia Nacional protegieron el Departamento de Policía de Ferguson, dejando el control de la multitud, los arrestos y el uso de gases lacrimógenos a los agentes locales. En la madrugada del miércoles, en una zona comercial, había un soldado cada pocos escaparates, y algunos otros en los tejados.
 
Cuarenta y cinco personas fueron detenidas, la mayoría por no cumplir las peticiones para dispersarse. Frente a la sede de la policía en Ferguson, una mujer fue detenida después de que manifestantes lanzasen lo que parecían ser bombas de humo, bengalas y botellas con agua congelada a una fila de agentes. Otros manifestantes fueron arrestados al no cumplir las instrucciones de la policía para despejar las vías o el trayecto de vehículos policiales.
 
Los manifestantes lanzaron piedras, palos y botellas - algunas con orina dentro - a los agentes. A medida que la multitud se dispersaba durante la madrugada del miércoles, algunos lanzaron piedras a las ventanas de una tienda y de un concesionario de coches usados cerca de un mural pintado sobre la pared en el que se podía leer "Paz para Ferguson".
 
Algunas de las calles que habían sido tomadas la noche del lunes estaban desiertas, a excepción de por las patrullas ocasionales de la policía o los vehículos de la Guardia Nacional. Algunos equipos de la Guardia Nacional vigilaban aparcamientos vacíos.
 
Por segundo día consecutivo se celebraron otras protestas en todo el país. Cientos de estudiantes de secundaria de Seattle abandonaron las aulas, y varios cientos de personas marcharon por una autovía de Cleveland para bloquear el tránsito en hora punta.
 
Durante una entrevista con ABC News, Wilson dijo que tenía la conciencia limpia porque "sé que hice bien mi trabajo".
 
Wilson, de 28 años, llevaba menos de tres años trabajando para la policía de Ferguson antes de la balacera del 9 de agosto. Dijo a la ABC que el tiroteo a Brown fue la primera vez que disparaba su arma en el trabajo.
 
Preguntado sobre si los acontecimientos se hubiesen desarrollado de la misma forma si Brown hubiese sido blanco, Wilson respondió que sí.
 
Los abogados de la familia Brown dijeron que presionarían para cargos federales contra Wilson y que el proceso del jurado investigador estaba amañado desde el principio para limpiar la imagen de Wilson.
 
Las protestas continuaron durante la jornada del martes. En Clayton, donde se reunió el jurado investigador, miembros del clero y otras personas bloquearon el tránsito durante varias horas por la mañana. En el centro de San Luis, donde los manifestantes ocuparon las escaleras del palacio federal de justicia y cortaron el tráfico, al menos cuatro personas fueron arrestadas.
 
Los abogados de la familia de Brown dijeron que esperan la investigación federal sobre derechos civiles en marcha finalice con la presentación de cargos. Pero las investigaciones federales sobre mala conducta policial se enfrentan a un requisito legal que requiere evidencias de que el funcionario violó deliberadamente los derechos civiles de la víctima.
 
El testimonio de Wilson diciendo que se sentía amenazado, y las pruebas físicas casi con toda seguridad complicarán cualquier esfuerzo por buscar cargos federales.
 
Según la ley federal, "como fiscal tienes que demostrar que el agente sabía en ese momento que apretando el gatillo estaba haciendo un uso excesivo de la fuerza, que estaba violando la Constitución", dijo Seth Rosenthal, un ex fiscal de derechos civiles del Departamento de Justicia.
 
El Departamento de Justicia también ha iniciado una amplia investigación sobre el Departamento de Policía de Ferguson, en busca de patrones de discriminación.
 
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo que su departamento tiene como objetivo completar las pesquisas lo más rápidamente posible "para restaurar la confianza, reconstruir la comprensión y fomentar la cooperación entre la policía y los miembros de la comunidad".
 
Independientemente del resultado de las investigaciones federales, la familia de Brown también podría presentar una demanda por homicidio imprudente contra Wilson.
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