HOUSTON – Un trabajador de construcción hispano que pasó nueve años en la cárcel y estuvo a punto de ser ejecutado por un crimen que no cometió fue liberado este miércoles de la cárcel de Huntsville (Texas).
Manuel Vélez pasó los últimos cuatro años en el pasillo de la muerte en la cárcel de Texas acusado de matar al hijo de pareja en Brownsville.
Sin embargo, el curso de la investigación tomó otro rumbo una vez se descubrió que Vélez, quien cuenta con 49 años, nunca golpeó o maltrató al menor Ángel Moreno.
La madre del menor, Acela Moreno, también había sido acusada de homicidio agravado, pero la mujer se declaró culpable al aceptar que en algún momento había golpeado la cabeza del niño contra la pared.
El niño murió luego de que el propio Vélez reportara que éste tenía dificultades para respirar. El hombre se había mudado a la casa de su novia, dos semanas antes de la muerte del menor –que para ese entonces- tenía 11 meses de edad.
Con la ayuda del Sindicato de Libertades Civiles, Vélez logró demostrar no había contado con representación legal adecuada y que el fiscal acusador actuó de manera inadecuada para poner el jurado en contra suyo.
De hecho, su ex novia –como parte del trato con la fiscalía- aceptó testificar en contra de Vélez, a pesar de que en una primera entrevista grabada con la policía al momento de la muerte del niño, ésta aseguró que Vélez nunca había maltratado al menor.
Historias Destacadas
Moreno fue condenada a 10 años de cárcel, de los cuales cumplió cinco, antes de ser deportada a México por las autoridades de inmigración. La investigación demostró que los golpes que le causaron la muerte al menor fueron infligidos dos semanas antes de que Vélez se mudara a la casa de Moreno, cuando éste se encontraba cumpliendo un trabajo en Tenesí.
La sentencia contra Vélez fue reversada por un juez en diciembre de 2012.
Vélez viajó a Brownsville este miércoles donde se reunirá con sus dos hijos de 15 y 11 años.
