Tensión en aniversario de naufragio

Tensión en aniversario de naufragio

SEÚL, Corea del Sur - Corea del Sur recordó este jueves con emoción a los 304 fallecidos en el naufragio del buque Sewol, la mayor tragedia ocurrida en décadas en el país, en su primer aniversario, marcado por las protestas contra el Gobierno de los familiares de las víctimas.

La tensión dominó el recibimiento a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, en la isla de Jindo, frente a las aguas en las que se hundió el Sewol el 16 de abril del año pasado.

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Los parientes de los fallecidos concentrados en la isla decidieron, en señal de protesta, no presenciar el discurso de la presidenta que, vestida de luto, aseguró sentir "dolor en el corazón" por el sufrimiento de las víctimas y sus seres queridos.

Park prometió reflotar el barco cuanto antes y hallar los nueve cuerpos todavía desaparecidos, lo que no fue suficiente para unas familias que acusan al Gobierno de incumplir sus promesas y poner trabas políticas a la investigación para profundizar en las causas del suceso y depurar responsabilidades.

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En Ansan, la ciudad al sur de Seúl donde estudiaban 250 alumnos que fallecieron en el naufragio del Sewol, las protestas subieron de tono y los familiares de las víctimas impidieron que el primer ministro surcoreano, Lee Wan-koo, accediera al altar conmemorativo para rendir tributo a las víctimas.

Mientras la tensión marcaba los dos principales actos políticos del día lejos de Seúl, en la capital miles de personas se acercaron durante todo el día a la simbólica plaza de Gwanghwamun, donde desde hace meses se hallan concentrados familiares de víctimas para pedir justicia.

"Llevo aquí nueve meses para pedir al Gobierno nuevas políticas que impidan que se repita el accidente", comentó a Efe el padre de un adolescente de 19 años fallecido en la tragedia.

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A pesar de la lluvia, en la plaza se pudo ver a otros jóvenes que, ataviados con lazos amarillos como símbolo de solidaridad con las víctimas del Sewol, depositaron flores en los altares con las fotos de los fallecidos y ofrecieron, algunos de ellos entre lágrimas, palabras de consuelo a los familiares.

Uno de ellos, el estudiante universitario Park Min-ho, de 22 años, aseguró a EFE que "a pesar del mal tiempo sentía la obligación de venir, ya que los chicos que murieron eran jóvenes como yo y debo apoyar a sus familias, ya que a pesar del dolor están luchando por una causa noble".

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Decenas de voluntarios repartían panfletos informativos y organizaban las filas de personas que se formaban frente a los altares.

"Soy madre de tres hijos y estoy aquí para apoyar a las familias, porque lo que les pasó es horrible y podría haberme ocurrido también a mí", reflexionó, por su parte, Park Mi-yeon, una voluntaria de 46 años que desde hace varios meses divulga las aspiraciones de los familiares en uno de los puestos en Gwanghwamun.

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Mientras, a 40 metros bajo las frías aguas del suroeste del país sigue hundido el buque que hace un año partió del puerto occidental de Incheon pero nunca llegó a la isla sureña de Jeju, ya que un giro fatal del timón desestabilizó la nave y desencadenó la mayor tragedia humana del país en décadas.

El Sewol se hundió por presentar fallos en su estructura y llevar más del doble de la carga permitida, lo que se sumó al error humano en el timón, según la investigación oficial, en la que también se revelaron graves fallos en el proceso de evacuación que impidieron salvar muchas vidas.

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Tanto el capitán como catorce miembros de la tripulación, así como directivos de la naviera y funcionarios públicos, recibieron a finales del año pasado penas de cárcel por diversas irregularidades que provocaron la tragedia.

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