NUEVA YORK – El interrogatorio de Michael Sosa Reyes, el testigo estrella de la Oficina del Fiscal de Distrito de El Bronx en el juicio por el asesinato del quinceañero dominicano Lesandro “Junior” Guzmán Feliz, no pudo continuar el lunes debido a que uno de los acusados sufrió una condición médica.
Sin embargo, la ausencia del presunto implicado no frenará el desfile de evidencia, que está previsto que culmine para finales de esta semana.
El lunes se divulgó que no es la primera vez que Jonaiki Martínez Estrella padece una condición médica. El acusado sufrió un ataque epiléptico el domingo y otro el lunes, por lo que el juicio tuvo que ser pospuesto.
Pero César González, el abogado de Sosa, sí acudió a la corte criminal y justificó el acuerdo de cooperación que libraría a su cliente de la cárcel.
El abogado incluso afirmó que su cliente ha recibido amenazas por delatar a los presuntos asesinos del adolescente.
En la audiencia del lunes se informó que la madre de Sosa le insistió que respondiera por sus actos, por lo que este decidió cooperar con la fiscalía.
El testigo aceptó en corte que fue integrante de los Trinitarios y que compartió la “cacería” con los sospechosos la noche del asesinato de Junior.
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Sosa describió cómo persiguió al adolescente hasta la bodega y admitió que le mintió al propietario para que le entregara a Junior.
Según declaró, Sosa dijo en la bodega que Junior le había hecho algo a su abuela y que por ello lo estaba acechando.
“Sí, él estaba presente. Sí, él fue adentro de la bodega, pero si una persona ve el video, en ningún momento puso las manos en el cuerpo de Junior”, dijo el abogado.
El abogado señaló que su cliente cooperó desde un inicio con las autoridades y que no fue hasta dos meses después que Sosa Reyes acordó testificar a cambio de no pasar ni un día en la cárcel.
Pero no sería el único beneficio del acuerdo. El récord penal de Sosa quedaría limpio a cambio de su testimonio.
