Sargento Bergdahl, absuelto de cargos por deserción en Afganistán

Trump llegó al extremo de decir que Bergdahl es "un sucio y podrido traidor".

El sargento estadounidense Bowe Bergdahl, prisionero de guerra de los talibán durante cinco años que fue canjeado por presos de Guantánamo, evitó este viernes su ingreso en prisión después de que un tribunal militar optará por degradarle y licenciarle con deshonor por desertar en Afganistán en 2009.

La sentencia, dictada por una corte marcial en la base de Fort Bragg, Carolina del Norte, permite a Bergdahl evitar la pena máxima posible a la que se enfrentaba, que era la cadena perpetua, si bien ha sido licenciado con deshonor, degradado y le obliga a hacer frente a una sanción económica de 10,000 dólares, según informó la cadena CNN.

Bergdahl fue liberado a finales de mayo de 2014 tras cinco años de cautiverio en manos de la red Haqani (posiblemente en Pakistán), gracias a un intercambio de prisioneros organizado por el Gobierno estadounidense que permitió la liberación de cinco líderes talibanes encarcelados en la Base Naval de Guantánamo, en el sudeste de Cuba.

A su vuelta al país, el Pentágono, que durante su cautiverio llegó a ascender a Bergdahl al rango de sargento, decidió examinar las circunstancias de su desaparición de un puesto avanzado en la tensa provincia de Paktika, en Afganistán, y recomendó un juicio militar abierto a la pena de cadena perpetua.

Tras una larga revisión del caso, las Fuerzas Armadas estadounidenses decidieron presentar cargos contra Bergdahl por deserción y mal comportamiento frente al enemigo.

El futuro del sargento había levantado un gran interés entre la población tanto por el precio pagado por su liberación, en una medida habitualmente rechazada de manera sistemática por las autoridades estadounidenses, como por las sospechas de que en realidad Bergdahl podía simpatizar con la causa de sus captores.

Una de las voces que más criticaron el intercambio de prisioneros y el trato dispensado al sargento en su vuelta a Estados Unidos, donde llegó a ser recibido como un héroe, fue la del actual presidente, Donald Trump, que llegó a criticar en más de 60 ocasiones al militar durante su campaña electoral del año pasado.

El mandatario llegó al extremo de decir que Bergdahl es "un sucio y podrido traidor" que debería ser ejecutado.

También diversos miembros de su compañía criticaron al soldado por considerar que éste había abandonado voluntariamente su puesto, poniendo en riesgo la vida de los compañeros que participaron en su búsqueda.

El militar, que ha pasado por un proceso de readaptación y una investigación interna sobre su excepcional historia, llegó a declararse culpable hace apenas unas semanas, si bien denunció que, en su opinión, los constantes ataques del presidente impedirían que recibiera un juicio justo.

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