Presidencia podría decidirse en dos estados

La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, aventaja por un punto al republicano Donald Trump (46/45 %) en el crucial estado de Florida, según una encuesta que presagió este lunes un posible final para las elecciones de este 8 de noviembre al estilo del año 2000.

La encuesta de la Universidad de Quinnipiac revela una situación de empate entre la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton y su rival republicano, Donald Trump, en Florida y Carolina del Norte, "los dos estados que más importan" en esta elección.

Clinton aventaja a Trump por un punto en Florida (46/45 %) y en Carolina del Norte la diferencia es de dos puntos (47/45 %), en una encuesta que tiene un margen de error de +/- 3,3 puntos para ambos casos.

La encuesta fue hecha del 3 al 6 de noviembre a 884 posibles votantes en Florida y a 870 en Carolina del Norte mediante llamadas a teléfonos fijos y celulares.

El tercero en discordia, el candidato libertario, Gary Johnson, cuenta con un 3 % de intención de voto en Florida y un 2 % en Carolina del Norte; y la cuarta, la ecologista Jill Stein, figura solo en el "Estado del sol" con un 1 %.

"Después de haber dedicado cientos de millones de dólares y horas de trabajo incontables en la campaña de ambos, sería normal que el país entero empezara a corear: 'esto empieza a parecerse al año 2000' en los dos estados que más importan: Florida y Carolina del Norte", dijo Peter A. Brown, director adjunto de la Quinnipiac University Poll, en un comunicado.

Según este especialista, no es realista pensar en un escenario en el que Trump pueda ganar la Casa Blanca sin haber triunfado en ninguno de estos dos estados, mientras que Clinton puede llegar incluso sin ellos, pero "no es un camino que quiera transitar".

Aunque no cree que se llegue a una situación en la que el resultado sea tan cerrado como los poco más de 548 votos que en el año 2000 decidieron en Florida que el republicano George W. Bush fuera presidente y no el demócrata Al Gore.

"Ambos estados pueden mantener al país en vilo contando papeletas hasta bien entrada la mañana del miércoles o incluso más allá", señala la Universidad de Quinnipiac.

En Florida, casi la mitad de los votantes registrados para las elecciones presidenciales y legislativas de mañana ha sufragado ya y, entre los adelantados, hay más demócratas que republicanos, según las últimas cifras oficiales.

El "estado del sol" es uno de los más decisivos para el resultado de las elecciones de mañana, tanto por el número de circunscripciones electorales que comprende (29) como porque no tiene un patrón de voto fijo.

Por otra parte, hace apenas cuatro años Pensilvania era considerado uno de los estados seguros de los demócratas, parte del cinturón de seguridad frente a los republicanos, pero la irrupción de Donald Trump lo ha convertido en campo de batalla electoral y llevado al terreno de la disputa.

Pensilvania ha votado por los demócratas en las últimas seis elecciones presidenciales estadounidenses y Hillary Clinton, la candidata demócrata, aún cuenta con ventaja a juzgar por las encuestas, que la sitúan con dos puntos y medio por delante de Trump.

Sin embargo, el republicano ha logrado aglutinar el voto rural y de las zonas siderúrgicas y mineras del oeste del estado, alrededor de Pittsburgh, lo que ha permitido acercar las posibilidades de una victoria republicana, hasta hace poco impensable.

El hecho de que Pensilvania sea uno de los estados del este de los Estados Unidos que aporta más votos electorales (20), solo superados por los 29 de Nueva York y Florida, agrega influencia a quien sea el vencedor.

Por ello, no es casualidad que Clinton haya escogido Filadelfia, la mayor ciudad del estado, como escenario hoy de su gran acto de cierre de campaña, en el que estará acompañada por los pesos pesados del partido demócrata como el presidente Barack Obama y la primera dama, Michelle, así como su esposo, el expresidente Bill Clinton.

Durante toda la campaña, ha sido una de las paradas recurrentes de Clinton, consciente de la importancia vital de mantener de azul demócrata al estado en el mapa electoral.

También Trump ha viajado de manera reiterada a Pensilvania, y los recorridos por las carreteras de su interior revelan la pasión que despierta el republicano y la invisibilidad de Clinton.

Sin embargo, al magnate neoyorquino se le resisten los grandes caladeros del estado, Filadelfia, que aglutina casi un millón de votos, y los suburbios que rodean a las grandes ciudades.

Es, precisamente, en uno de ellos, Berwyn, donde envió a su esposa, Melania Trump, el pasado jueves para tratar de suavizar su imagen entre las mujeres blancas urbanas, un segmento demográfico que parece darle la espalda en las encuestas.

Una reciente encuesta de la Quinnipac University cifraba en 20 puntos la ventaja de Clinton sobre Trump entre las mujeres.

Dotty Lisa, una maestra jubilada de 61 años, que caminó 45 minutos junto a una amiga para ver a Melania Trump en Berwyn, a las afueras de Filadelfia, expresó su discrepancia ante esta interpretación aunque reconoció que "es difícil para un republicano ganar Pensilvania, aunque lo espero".

"Los medios están del lado de Clinton. No me creo las encuestas al 100 %, son solo una estimación", señaló Lisa a Efe.

En el mismo acto, Mickie Dibella, de 61 años, sostiene una pancarta en la que se lee "Mujeres por Trump": "Donald Trump no es un republicano ni un demócrata. Está con la gente. Y eso es lo que queremos", subrayó Dibella.

Precisamente, Trump no se ha cansado de recordar sus años universitarios como estudiante de la Wharton School of Business, perteneciente a la Universidad de Pensilvania en Filadelfia y el hecho de que la mayoría de sus hijos cursaran sus estudios universitarios en el estado.

Durante el fin de semana, el aspirante republicano ha tenido dos actos en Pensilvania, en Hershey (cerca de la capital del estado, Harrisburg) y en Moons Township (a las afueras de Pittsburgh), y para la última jornada de hoy ha colado un nuevo mitin no anticipado para esta tarde en Scranton, en el noreste del estado.

Esta última ciudad tiene una clara simbología política, ya que es donde pasó su infancia el actual vicepresidente demócrata, Joseph Biden, quien también se embarcó en una gira por el estado estos dos últimos días.

En Scranton, Biden lo dijo bien claro: "Creo que en gran medida lo que pase en Pensilvania determinará el futuro de nuestro país".

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