Luego de que tres “drag queens” fueran invitadas a leerles a varios niños en una librería de California como parte de la celebración de Halloween, una mujer furiosa arremetió a gritos contra los intérpretes.
Genevieve Peters comenzó a grabar con su celular a las tres “drag queens” que narraban la historia del día.
La propietaria del negocio, Linda Sherman-Nurick, le pidió a la mujer que no grabara. “Me acerqué a ella y le dije que lo sentía pero que no podía grabar a los niños sin el permiso de sus padres”, dijo.
La mujer la ignoró y siguió grabando, y a pesar de que los padres le pidieron que se fuera, con la ayuda de un guardia de seguridad, ella continuó gritando.
“Ella (la dueña) ha invitado al público a observar esta perversión con estos homosexuales. Lamento que esto sea lo que está pasando”, se quejaba la mujer.
Un policía sacó a Peters de la librería, mientras que la dueña del establecimiento dijo que lo que sucedió no cambiará sus planes de ofrecer eventos que ayuden a los niños a conocer el mundo más allá de los estereotipos.
Sherman-Nurick explica que quiso cambiar los cuentos de piratas y propuso que esta vez hombres vestidos de mujeres contaran sus historias. Pero dice que antes del evento ya había sentido el rechazo del público.
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“La gente me llamaba y me decía que no deberíamos hacer esto. Y mi respuesta fue decirles que si no les gustaba, no vinieran”, indicó.
Después de lo ocurrido, Peters se defendió: “Si sabes que es un estilo de vida perverso y si lo eliges es asunto tuyo. Pero nosotros como estadounidenses podemos elegir no estar de acuerdo con esto”.