Por años, la frontera entre México y Texas ha sido resguardada por la Patrulla Fronteriza.
Sin embargo, el cruce constante de inmigrantes y de drogas no se ha detenido por lo que esta semana 250 militares de la Guardia Nacional se dispersarán a lo largo del Río Grande para trabajar en conjunto con agentes militares.
Algunos residentes del Valle del Río Grande, quienes viven a orillas del río, aseguraron que la presencia de más uniformados es una táctica de intimidación.
Otros, como la señora Valeria Zúñiga, afirman vivir más tranquilos. "Con helicópteros y todo eso, no permitirán que pasarán," aseveró Zúñiga quien dijo presenciar varios cruces de personas en donde algunos han terminado de manera trágica.
Pero, residentes como Thomás Martínez, aseguran que la tranquilidad que se vive hoy no es atribuida a los uniformados. "Es mentira. Mira, todos los males que aparentemente hacen creer a la gente de Estados Unidos, no son a raíz de la frontera. La cocaína, vamos a decir, viene por los puertos principales," comentó Martínez.
Hasta el momento, ninguna agencia federal ha confirmado exactamente en qué sectores de la frontera y por cuánto tiempo estarán los militares de la Guardia Nacional.
