Juicio político: negativa de Trump podría costarle caro

La batalla campal contra el Congreso por la investigación podría significar más cargos.

La desafiante negativa del presidente Donald Trump a cooperar con la investigación del Congreso podría resultarle contraproducente, pues podría servirle de base para el Legislativo para acusarle de obstrucción de justicia.

La carta enviada a la dirigencia de la Cámara de Representantes por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, afirma que Trump no cooperará con la investigación.

Los demócratas señalan que ello es un ejemplo flagrante de obstrucción, y por ende debería ser añadido al proceso.

La Casa Blanca insiste en que se necesita una votación de la cámara en pleno para iniciar un proceso de impugnación.

Pero los demócratas están convencidos de que pueden avanzar sin la votación, en base a lo que dice la Constitución y la admisión del mismo Trump de que presionó a un gobierno extranjero para que investigue a un rival político.

“Reciba la Casa Blanca la advertencia, que sus continuos intentos de encubrir el abuso de poder cometido por el presidente serán considerados evidencias adicionales de obstrucción”, declaró la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en respuesta a la carta.

“Señor presidente, usted no está por encima de la ley, usted tendrá que responder por sus acciones”.

Trump nuevamente defendió su negativa a cooperar, calificando las denuncias de “un fraude perpetrado contra el pueblo estadounidense” y quejándose de que a los republicanos se les trata injustamente.

Insiste en que le están victimizando por “una llamada telefónica perfecta”.

Sin embargo, al mismo tiempo, el mandatario está socavando su argumento al imponer condiciones a su cooperación, afirmando que lo hará sólo si la Cámara de Representantes efectúa esa votación y si los demócratas “nos dan nuestros derechos”.

Pelosi, ante encuestas según las cuales va aumentando el apoyo público a un proceso de impugnación, se ha mantenido firme en su estrategia.

Los demócratas seguirán investigando en base a la admisión del mismo Trump de que le pidió al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy indagar en el pasado del ex vicepresidente Joe Biden y su familia.

“La evidencia ofrecida por el presidente y sus asesores es abrumadora” incluso sin más declaraciones de testigos, expresó el representante demócrata Jim Himes, miembro de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja.

Esa comisión, junto con las comisiones de relaciones exteriores y de supervisión de asuntos gubernamentales, citaron a declarar a Gordon Sondland, el embajador estadounidense ante la Unión Europea, luego que el Departamento de Estado le prohibió acudir al Congreso.

Mensajes de texto publicados por otro funcionario revelan cómo Sondland y otros miembros del personal trataron de atenuar las exigencias de Trump sobre investigar a los Biden, mientras trataban de organizar una visita de funcionarios ucranianos a Washington.

La actitud desafiante de Trump coincide con encuestas según las cuales una mayoría de los estadounidenses favorece iniciar una investigación. Un sondeo de Washington Post-Schar School halló que el 58% favorece que el Congreso lance una investigación. Aproximadamente la mitad de los encuestados opina que Trump debe ser destituido.

A pesar de ello, la Casa Blanca insiste en que no cederá. Trump con regularidad usa Twitter para despotricar contra la investigación.

“Los demócratas inútiles son unos farsantes que lo único que quieren es lastimar al presidente y al país”, escribió Trump. “Lo único que les interesa es el 2020, nada más y nada menos”.

Tras dos semanas de ausencia de una respuesta coherente a la investigación, la carta de la Casa Blanca constituyó el primer paso de una estrategia más elaborada, pero a la vez más preñada de riesgos.

“Lo único que Trump logra con ese desafío es agravar las cosas”, opinó Gerry Connolly, representante demócrata por Virginia y miembro de la Comisión para la Supervisión y Reforma del Gobierno. Señaló que esa estrategia lo único que logra es hacer que el presidente se vea más culpable, a juzgar de las más recientes encuestas.

“La ciudadanía sabe muy bien lo que está pasando”, declaró Connolly. Aun así, los aliados de Trump están satisfechos con la carta.

Insisten en que la mejor alternativa para lidiar con el aspecto político de la crisis es repetir sus negativas una y otra vez, como hicieron en la investigación sobre Rusia y otros procesos iniciados en la cámara baja.

Al hacer la polémica lo más agreste posible, la Casa Blanca espera sembrar la imagen de que todo el proceso se trata de pura política.

Además, quieren alargar el proceso para que se extienda hasta el próximo año, cuando empezarán las primarias de cara a las elecciones del 2020. Ello les dará a los republicanos bases para argumentar que mejor será que los votantes voten en noviembre.

Esperan además que la disputa llegue a la Corte Suprema, pero no queda claro si los demócratas querrán recurrir al máximo tribunal y arriesgarse a una dilatada demora. Podrían simplemente votar en torno a un artículo de impugnación, por obstrucción.

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