SAN ANTONIO – A pesar del creciente número de casos de COVID-19 en Texas, el gobernador Greg Abbott firmó una orden ejecutiva en la que reiteró que no se volverán a imponer restricciones.
De acuerdo a la orden ejecutiva, las vacunas seguirán siendo opcionales, los negocios continuarán operando a su máxima capacidad y el uso obligatorio de las mascarillas aún está prohibido.
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Ante esto, el alcalde Ron Nirenberg, de San Antonio, declaró lo siguiente:
"Es trágicamente irónico que el gobernador Abbott continúe su orden de emergencia, pero ha quitado las herramientas para que podamos mitigar esa misma emergencia. El Gobernador ha mostrado un desprecio insensible por la vida y la seguridad en desafío de la orientación médica clara y está arriesgando la seguridad de nuestros hijos y la recuperación de nuestra economía. Hace una semana, solicitamos asistencia para ayudar a los hospitales y un sistema médico seriamente abrumados, y no hemos escuchado una respuesta".
Por su parte, el gobernador Abbott defendió su posición diciendo que “la nueva orden ejecutiva enfatiza que el camino hacia delante se basa en la responsabilidad personal en lugar de los mandatos del gobierno” y que los texanos “tienen el derecho individual y la responsabilidad de decidir por sí mismos y a sus hijos, ya sea que usen máscaras, abrirán sus negocios y participarán en actividades de ocio”.
