SAN ANTONIO – El asesinato de un policía de la Universidad de Texas Tech ha puesto en alerta a oficiales de otros campus a lo largo del Estado.
“Nuestros estudiantes vienen con mochilas y pueden [esconder] un arma de esa manera, y nosotros tenemos que estar vigilantes de todos no nada más de los estudiantes”, dijo el oficial Ramón Zertuche, quien ha trabajado por 17 años para el departamento de seguridad de la Universidad Our Lady of the Lake.
Y es que es precisamente un estudiante de Texas Tech quien ha sido identificado como el principal sospechoso de matar con un disparo en la cabeza al agente Floyd East Jr.
Las autoridades revelaron que Hollis Daniels, de 19 años y originario de la localidad de Seguin, baleó al oficial este lunes por la noche durante un interrogatorio sobre evidencia de drogas que había sido encontrada en su dormitorio.
Zertuche explicó que al recibir una denuncia sobre una persona armada, los oficiales universitarios están entrenados para ubicar al sospechoso y convencerlo de entregar el arma. De no cumplir con las órdenes, los uniformados entonces proceden a desarmar a la persona.
“Es muy difícil, pero los planes que tenemos ahorita en esta universidad es para poder parar a gente de que haga algo así”, precisó Zertuche.
Tanto universidades como colegios comunitarios y otras escuelas cuentan con protocolos de emergencia en caso de una amenaza por una persona armada. Los planteles suelen utilizar diferentes métodos de comunicación para prevenir a su personal y a los estudiantes, disminuyendo así el riesgo para el mayor número de personas posible.
