SAN ANTONIO - El hombre que mató a más de 20 personas en una masacre a tiros en una iglesia de Texas en 2017 había amenazado con violencia años antes y estaba "completamente obsesionado con los tiroteos masivos", según documentos de una corte federal.
Devin Patrick Kelley mató a 26 personas e hirió a otras 20 el 5 de noviembre de 2017, durante un servicio dominical en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, en Texas. Kelley, quien estuvo en la Fuerza Aérea de Estados Unidos hasta 2014, se disparó mortalmente en un automóvil mientras huía de la masacre.
En nuevos documentos judiciales, varias familias de las víctimas del tiroteo continúan demandando al gobierno federal, argumentando negligencia al no informar sobre los antecedentes penales y las huellas dactilares de Kelley a una base de datos del FBI utilizada para aprobar a los compradores de armas.
Kelley fue dado de baja de la Fuerza Aérea en 2014 por mala conducta luego de que fue condenado por golpear a su entonces esposa y agredir a su hijastro. En 2012, Kelley también escapó de un centro de salud mental en el que fue admitido después de amenazar con matar a sus jefes.
La condena de Kelley debería haberle impedido comprar armas, pero la Fuerza Aérea dijo que nunca lo informó al FBI. Se le permitió pasar verificaciones de antecedentes y comprar el arma de fuego utilizada en la masacre.
Los documentos judiciales dicen que una capacitación inadecuada provocó que no se informara al FBI. Un coronel que está a cargo de la región testificó que no fue hasta después del tiroteo que se enteró de que las huellas dactilares y las condenas por delitos graves deben informarse al FBI, según el documento.
Kelley es uno de los más de 7,000 aviadores entre 1998 y 2017 cuyos antecedentes penales la Fuerza Aérea no informó a la base de datos del FBI, según los documentos del gobierno sometidos en el archivo.
El gobierno intentó que se desestimara la demanda y un portavoz de la Fuerza Aérea no quiso comentar sobre el caso porque aún está en curso.
Jamal Alsaffar, abogado de varias de las familias, también se negó a comentar.
Después del tiroteo masivo de la iglesia en Charleston, Carolina del Sur, que fue perpetrado en 2015 por un supremacista blanco que mató a nueve miembros negros de la iglesia, Kelly le dijo a su ex sargento de personal: "Ojalá yo tuviera el descaro de hacerlo", según el testimonio de la sargento, Jessika Lee Edwards, en un informe del FBI.
“Kelley también envió a Edwards fotografías de varias armas que estaba construyendo, específicamente un rifle estilo AR-15. Edwards le dijo a Kelley que buscara ayuda una vez que ella se dio cuenta de que estaba completamente obsesionado con los tiroteos masivos”, según el informe del FBI.
El informe del FBI es parte de las presentaciones judiciales a principios de este mes en la demanda que las familias de las víctimas presentaron contra la Fuerza Aérea y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Los oficiales de la Fuerza Aérea sabían del historial documentado de problemas de comportamiento de Kelley, de acuerdo con los documentos judiciales.
“Kelley tiene antecedentes de problemas graves de salud mental. Llevaba abiertamente un arma de fuego en Holloman AFB y colocó un arma en la cabeza de su esposa. En repetidas ocasiones ha amenazado con matar a sus líderes”, dijo el comandante Robert Bearden en un informe de la Fuerza Aérea a fines de marzo de 2020.
Aun así, el gobierno dijo en la nueva presentación que Kelley podría haber accedido a un arma de fuego de otras formas que no requieren una verificación de antecedentes.
"El tiroteo masivo fue claramente un acto premeditado que no se pudo haber evitado simplemente bloqueando la capacidad de Kelley de adquirir armas de fuego a través de una sola vía", dice la presentación.