SAN ANTONIO - Un oficial de detención de la Oficina del Alguacil del Condado Bexar está contagiado con el nuevo coronavirus. El carcelero permanece aislado en su casa como consecuencia de lo que se presume fue una transmisión comunitaria del virus.
Según el reporte de las autoridades, la administración de la Oficina del Alguacil se enteró este miércoles por la noche de que el oficial arrojó un resultado positivo al virus mientras permanecía en su hogar bajo licencia administrativa.
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Se indicó que el oficial estuvo asintomático mientras trabajaba el domingo 29 de marzo, pero que al día siguiente informó sentirse enfermo. Mostraba síntomas consistentes con alergias nasales.
El oficial, según el reporte, había cumplido con todos los esfuerzos de mitigación de COVID-19 en el Centro de Detención para Adultos, donde trabaja. Esto incluye controles de temperatura antes de ingresar al edificio y utilizar desinfectante para manos.
Además, se informó que también se le tomó la temperatura una vez más al final del turno el martes 30 de marzo. En ninguna ocasión hubo indicios de fiebre, dijeron las autoridades.
Sin embargo, este martes el carcelero buscó atención médica en el Hospital Universitario, donde se determinó que tiene neumonía. Además, fue examinado para detectar COVID-19 después de haber desarrollado fiebre. Luego, fue dado de alta.
Más tarde, ese mismo día, el oficial buscó tratamiento médico adicional y fue ingresado en el Hospital Bautista. Fue dado de alta después de ser examinado una vez más por COVID-19.
Fue entonces este miércoles que el oficial recibió resultados positivos de prueba para COVID-19 del Hospital Universitario. Como consecuencia, permanece bajo licencia administrativa hasta que los síntomas del COVID-19 hayan desaparecido por completo.
Se informó además que el perjudicado, un veterano de 12 años en la Oficina del Alguacil del condado, no tuvo ningún contacto con el público antes de ser puesto en licencia administrativa. Como parte de las tareas laborales normales, el oficial supervisa una unidad de vivienda donde se alojan los internos.
Como medida preventiva, los oficiales que estuvieron en contacto cercano fueron puestos en libertad. Según se explicó, no muestran ningún síntoma compatible con COVID-19.
Por otro lado, agrega el reporte, debido a las barreras físicas existentes, como las puertas de las celdas dentro de las unidades de vivienda, la interacción cara a cara con los reclusos es limitada. Por eso se cree que los reclusos que supervisó el carcelero tienen un riesgo bajo de contraer COVID-19.
Sin embargo, se supervisarán más de cerca durante 14 días. Además, la unidad donde trabajó el oficial está en proceso de desinfección completa.
Por último, se aseguró que no hay presos bajo la custodia de la Oficina del Alguacil del condado que tengan COVID-19.
