SAN ANTONIO – Los funcionarios del condado Bexar y la Ciudad de San Antonio dieron a conocer su plan para la reapertura de la economía local.
El proceso, delineado en un informe de 56 páginas, fue presentado este martes tras una reunión entre el alcalde Ron Nirenberg, el juez Nelson Wolff y otros miembros de la Corte de Comisionados, y después de que el gobernador Greg Abbott anunciara su propio plan para reabrir la economía de Texas.
Según los funcionarios locales, el plan del gobernador Abbott causa preocupación, pues aseguran que no cuenta con medidas para prevenir nuevos contagios de COVID-19, como el uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos.
El proceso de reapertura que se usará en el condado Bexar consta de cuatro etapas, enfocadas en vigilar el desarrollo y control de la pandemia a nivel local. Para pasar de una etapa a otra, se tendrán que cumplir ciertos requisitos o de lo contrario, el plan podría entrar en retroceso.
Según los funcionarios, el comienzo de la reapertura de la economía del condado dependerá de:
Un descenso constante por 14 días consecutivos en la cifra de nuevos casos del COVID-19
La habilidad de realizar exámenes a todas las personas con síntomas de la enfermedad, sus seres cercanos y a quienes trabajan en lugares públicos
Una capacidad efectiva de identificar a todo aquel que haya tenido contacto cercano con un paciente con COVID-19 y ofrecerles exámenes
Un sistema de salud preparado que pueda atender de manera segura a todos los pacientes, incluyendo la suficiente capacidad en los hospitales, personal disponible, y equipos de protección personal para los empleados de la salud
Una vez este criterio se haya cumplido, la economía del condado Bexar se reabrirá en etapas. La primera etapa incluye las ordenes actuales de “quedarse en casa y trabajar seguros”, la segunda etapa comenzará este viernes con la reapertura de algunos negocios permitidos para operar a una capacidad del 25 por ciento y cuyos empleados y clientes deberán usar tapabocas y guardar su distancia. No obstante, las personas mayores de 65 años deberán permanecer en casa y no se permitirán las reuniones en grupo.
Dependiendo del resultado de varias semanas bajo la segunda etapa, la fase tres podría entrar en efecto. Esta consiste en aumentar la capacidad de operación de las tiendas y la reapertura de centros religiosos y centros comunitarios. Sin embargo, los negocios que no cumplan con las medidas de salubridad requeridas se verán obligados a permanecer operando a una mínima capacidad.
En caso de registrarse un aumento drástico en la cifra de nuevos casos de COVID-19 en el condado o una escasez de equipo para atender a los pacientes, los funcionarios podrán frenar el avance del plan de reapertura.
La cuarta y última etapa del plan se enfocará en preparar un protocolo de manejo de posibles pandemias futuras.
