SAN ANTONIO – Los familiares del bebé James Avi Chairez, quien lleva varios meses desaparecido, dicen sentirse desesperados al no saber si los restos humanos hallados en la casa donde vivía el niño y su madre son de él.
“Estoy bien desesperada porque sé que tienen un cuerpo y no sé si es él”, dijo Marisol Gómez, tía abuela del pequeño.
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La policía de San Antonio, junto con el Buró Federal de Investigaciones (FBI), encontró los restos humanos la mañana de este 28 de abril durante un registro a una propiedad ubicada en 600 W Military Drive, donde los investigadores habían descubierto anteriormente una manta ensangrentada en una cuna.
“’Tienes que tener paciencia’, me dijo [el detective]. ‘Se va a tardar dos semanas o más. Los doctores quieren hacer un examen bien hecho porque a ellos también les duele mucho lo que pasó’”, explicó Gómez, asegurando que las autoridades no revelarán de quién eran los restos hasta que se determine cómo murió la víctima.
“No quiero que sea él, pero, al mismo tiempo, no quiero que sea otro bebé”, lamentó Gómez.
La madre del pequeño, D’Lanny Reaneille Chairez, permanece arrestada bajo un cargo de manipular la evidencia con relación a la desaparición de su hijo. Ella tiene una fianza de $150,000.
Tras su arresto en marzo, la madre se negó a revelar el paradero de su hijo y declaró que no estaba preparada para ser madre y que quería dar al bebé en adopción para que estuviera en un mejor lugar, según una declaración jurada.
La investigación por la desaparición del bebé comenzó en febrero, aunque la última vez que se le vio con vida fue el 4 de enero, cuando su madre y él entraron a una farmacia del oeste de San Antonio.
Los familiares de ambos aseguraron previamente que no han visto al niño desde el Día de Acción de Gracias en noviembre de 2020.
