SAN ANTONIO – Las protestas por un fin a la brutalidad policial se han visto por cerca de dos semanas en San Antonio.
Este miércoles, cientos de manifestantes inundaron las calles del centro de la ciudad, exigiendo justicia por las muertes de tres jóvenes a manos de oficiales.
“Todo lo que pedimos es que reabran [los casos] y los revisen”, explicó Debbie Bush, tía de Marquise Jones, quien murió a los 23 años tras ser baleado por un policía fuera de turno al exterior de un restaurante en febrero de 2014.
“Mi nieto no tenía pistola, no tenía nada. Él era inocente”, lamentó Arlene Castillo, abuela de Charles Roundtree, quien falleció a los 18 años al ser impactado accidentalmente por una bala que disparó un policía hacia un sospechoso en octubre de 2018.
El tercer caso por el cual se exige una nueva investigación es por la muerte de Antonie Scott, quien murió a los 36 años luego de que un policía le disparara en febrero de 2016 pensando que él estaba armado, pero en realidad traía un teléfono celular consigo.
Joe González, fiscal de distrito del condado Bexar, dijo que los casos solamente podrían ser reabiertos si se encontraran nuevas evidencias, pues se determinó previamente que los actos de los policías involucrados eran justificados.
Los familiares de las víctimas aseguraron durante la manifestación que cuentan con evidencias que demuestran que los oficiales utilizaron fuerza excesiva y que solo esperan una oportunidad para presentarlas a la fiscalía.
Las familias de los tres jóvenes fallecidos planean participar de otra protesta este sábado en el parque Crockett, en 1300 N Main Avenue.
La muerte de George Floyd bajo custodia de la policía de Minneapolis, Minnesota, ha llamado la atención a otros casos en los que se denuncian actos de brutalidad policial.
