Se multiplican casos de linchamiento en México

La impotencia de la población hace que la gente tome justicia por mano propia.

El fenómeno de los linchamientos ha ocupado cada vez más espacio en los titulares de la prensa mexicana. No es para menos. La impunidad con la cual obran algunos de los criminales se ha combinado con el hartazgo de la ciudadanía, que no ha podido contener más la rabia y, sin mayor organización pero con mucha furia, se está tomando la justicia por su propia mano.

Solo en lo que va del año se han registrado al menos 12 linchamientos en diversas partes del país. El más reciente ocurrió el pasado lunes en Tabasco, donde tres personas fueron señaladas como delincuentes y fueron sometidas a la “justicia popular”. Por esa razón, especialistas como antropólogos y sociólogos comienzan a dedicar su tiempo en estudiar este fenómeno, que puede afectar a todos en la sociedad.

“Efectivamente, [el acto de linchar] trata de una exclusión social y abandono de facto de las políticas públicas a la gente más desamparada. Y sobretodo en los estados y las regiones donde hay más pobreza esto se reciente más. Se abandonan subsidios, programas sociales, en aras de cumplir con requerimientos del sistema macroeconómico”, dijo Gerardo Coutiño Montes, economista de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).

Elisa Godínez es una antropóloga y también tiene su punto de vista al respecto. "Hay un grado de hartazgo de la gente porque no hay seguridad, porque no tienen acceso a la justicia", indica, y asegura que quienes recurren a este método lo ven como la única forma de ponerle un freno a los delincuentes.

No hay estadísticas oficiales para señalar el número exacto de ajusticiamientos, pero según la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en los últimos 26 años, hasta febrero del 2015 ya se habían registrado un total de 366 casos en todo el país.

Extraoficialmente, ocurrieron 63 episodios de linchamientos entre marzo y diciembre de 2015. En lo que va de 2016 han ocurrido otros 12, según reportes de la prensa, así que en los últimos 27 años y siete meses, ya son 441 ajusticiamientos registrados en México.

Pablo Monzalvo Pérez, académico del Diplomado en Seguridad Pública de la Universidad Iberoamericana (UIA), detalló que estos casos representan una falta de Estado de derecho.

“O en ocasiones una presencia del estado que se va haciendo líquida. Va perdiendo fuerza, miedo, ignorancia y corrupción, hacen que la fuerza del estado se vaya aguadando, porque el estado que tiene esa garantía y esa autoridad. Y la pierde cuando otros aplican la justicia”, dijo.

Para Edgar Morín, sociólogo de la UNAM, escritor y maestro, autor del libro “La Maña” (Grijalbo 2015), los linchamientos evidencian la aplicación de la justicia por parte de los grupos poblacionales.

“Es un reflejo de la inoperancia del sistema judicial, no solo porque no se castiga a quienes cometen delitos y son linchados, sino porque la mayoría de los agresores en el linchamiento se mantienen impunes”.

Como siempre, el riesgo de tomar la justicia por mano propia es cometer errores. Son muchos los casos de personas agredidas y asesinadas por turbas que al equivocarse, convirtieron en víctima a inocentes que no tuvieron nada que ver con el crimen inicial.

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