Al menos 100 menores son asesinados cada mes

Defensores de la infancia advierten sobre la creciente y dolorosa violencia.

Las huellas en la arena llevaron a los investigadores al cadáver de la pequeña de 8 años. Estaba muy cerca de su casa, de la cual había salido días antes y no volvió.

"Tenía una lámina y había tablas arriba de ella, y supieron porque dicen que le vieron una manita y le vieron un pedazo del zapato escolar que llevaba", relata Olga Barraza, vecina de la comunidad.

El asesinato consternó a los habitantes de Durango porque supuestamente fue su primo de 12 años quien la mató. Y a todo el país porque la pronta partida de esta niña se sumó a la larga lista de menores que mueren en actos de violencia en este país.

"Por lo menos hay tres homicidios de niños, niñas y bebés en el país cada día", afirma Ricardo Bucio, del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.

Diversas organizaciones, como la que encabeza Bucio, alertaron sobre estos crímenes que consideran ignorados por las autoridades, pero sin duda, asegura, forman parte de una cruda y dolorosa realidad.

"63% de los niños dicen vivir algún tipo de violencia y, más del 40%, violencia corporal", dice Bucio.

Cientos de niños y niñas golpeados, abusados y explotados guardan en silencio su pena, indican los activistas, parece que nadie quiere verlos o aceptar que están encontrando la muerte de manera injusta.

El miedo que la población vive por esta situación es tal que se ha comprobado que 8 de cada 10 familias en México no dejan salir a sus hijos a la calle solos, aunque se han registrado casos en que eso no fue suficiente.

La violencia detonada por el crimen organizado convierte a pequeños en daños colaterales de enfrentamientos y venganzas, como esta tragedia en la que el nieto fue alcanzado por las balas que también mataron a su abuelo.

"Tenemos más de 11,000 niños ejecutados o víctimas de homicidio en 10 años, más de 6,000 víctimas de desaparición", indica Juan Martín Pérez, de la Red por los Derechos de la Infancia.

Y sus expedientes al igual que los de los adultos, en poco tiempo quedan en el olvido, reconocen los defensores de la infancia, en medio de una impunidad que invita a seguirlos agrediendo.

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