AMLO convoca a un “bailongo” por el primer año de su triunfo

El mandatario conserva popularidad y apoyo, pese al alza de la violencia.

Un año después de su triunfo electoral, el éxito o fracaso del todavía popular presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no se puede evaluar aún por los resultados de su gobierno, pero sí por su gestión de los desafíos enfrentados en sus primeros meses en el poder, como la acuciante inseguridad.

Las polémicas lo han acompañado en el arranque de su administración y, pese a las críticas y los conflictos, el mandatario que siempre "tiene otros datos" sobre lo que ocurre en el país convocó a los ciudadanos a acompañarlo en un "bailongo" a ritmo de cumbia en el Zócalo.

De esa manera, este lunes hará una nueva demostración de fuerza y popularidad a las puertas de Palacio Nacional, al que está por mudarse junto a su familia, y presentará un informe de acciones con la fiesta incluida para celebrar la victoria de hace un año.

"No está en su mejor momento pero todavía tiene mucha popularidad", aseguró el analista Roy Campos sobre López Obrador, que inició su gestión el 1 de diciembre de 2018 y terminará oficialmente el 30 de septiembre del 2024. 

De acuerdo con Consulta Mitofsky, encuestadora de Campos, la popularidad del mandatario se colocó en el 61.3% el jueves 27 de junio, un nivel muy saludable y en el que se mantiene desde hace semanas. 

Para el coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Khemvirg Puente, el tiempo es poco para calificar a López Obrador, pero suficiente para "una evaluación de gestión a partir de los obstáculos". 

López Obrador, de 65 años de edad, obtuvo un amplio triunfo en la elección presidencial del 1 de julio de 2018, con poco más de 30 millones de votos, el 53%- soportada además por una amplia mayoría de su Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso de la Unión.

En estos siete meses, la gestión de López Obrador -que se ha centrado mucho en asuntos nacionales- ha estado marcada por acciones como el combate al robo de combustible, la cancelación del aeropuerto en Texcoco y la construcción del nuevo en la base militar de Santa Lucía o el anuncio de construcción de una refinería y el Tren Maya. 

También ha ocupado buena parte de su labor el rescate financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la creación de la Guardia Nacional para combatir la inseguridad desbordada, un cuerpo policial-militar que ha recibido fuertes críticas. 

Puente considera que la gestión de López Obrador puede calificarse a partir de las situaciones que heredó de otros gobiernos, de la inexperiencia-ineficacia de sus funcionarios y del propio liderazgo presidencial. 

"Son herencia de gobiernos previos la escalada de violencia (...) que ha derivado en una inercia en la espiral de violencia; la corrupción, que dejó una inercia de prácticas difíciles de desterrar", comentó. 

Pero en estos siete meses también se ha visto la "ineficacia" del actual gobierno, que tiene que ver con la mala selección de perfiles de funcionarios inexpertos o que no han sabido familiarizarse con la gestión pública, explicó. 

El experto de la UNAM señaló como un rasgo del gobierno "el propio liderazgo presidencial" y la obstinación de López Obrador con proyectos y decisiones que generan dudas en el ámbito nacional e internacional como la construcción de la refinería de Dos Bocas. 

"Es un gobierno en el que el presidente parece no escuchar otras opiniones", comentó el experto, quien puntualizó que la falta de interlocución torna complicados proyectos que podrían ser viables. 

Explicó que en muchos asuntos este gobierno ha aplicado medidas provisionales que contienen el problema pero que no lo erradican y "no se pueden considerar éxitos". 

Los altos niveles de inseguridad con los que recibió al país -con 33,369 asesinatos en 2018- y un daño multimillonario a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) por robo de combustibles han sido prioridades desde el inicio de su mandato. 

Para combatir la inseguridad, que continúa imparable, fue creada la Guardia Nacional, que entró oficialmente en funciones el domingo. 

No obstante, este órgano entró en operación en las últimas semanas para hacer frente a un nuevo e importante desafío que ha debido enfrentar el mandatario: el choque diplomático con Estados Unidos por la crisis migratoria. 

En la frontera sur y norte se están desplegando más de 20,000 efectivos, entre miembros de la Guardia Nacional y militares, para frenar a los migrantes y así cumplir con el pacto establecido con el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, a cambio de que no se le impongan al país aranceles a sus productos. 

Un 63% de los mexicanos está de acuerdo con cerrar la fronteras a los migrantes, pero solo el 16% cree que la negociación con Estados Unidos fue un éxito, según una encuesta divulgada por el diario El Financiero del 20 de junio. 

Continúa sin resolverse la viabilidad del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, pues si bien López Obrador canceló el multimillonario proyecto de su antecesor, Enrique Peña Nieto, ahora una lluvia de amparos judiciales buscan revertir la decisión. 

El mayor de los éxitos de su gobierno sería la guerra frontal contra el robo de combustibles a Pemex, que causaba pérdidas de 65,000 millones de pesos ($3,421 millones) a la estatal. 

Meses después y con una crisis de abasto que no mermó sus niveles de popularidad y que ya fue superada, el robo de combustibles en el país ha caído en un 95% según las cifras del propio presidente mexicano. 

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