Miles temen ser alcanzados por la violencia

Las escenas de crímenes se multiplican y permanecen por siempre en la mente de los testigos.

La niña corre y se esconde detrás del auto para no ser alcanzada por las balas. El terror invade a toda la familia, tal y como ocurre en diversos puntos del país en donde las balaceras se han convertido en cosa de todos los días.

Doña Blanca vive en una entidad invadida por la violencia y dice que ya casi no sale a la calle; solo va al mercado y sale a trabajar porque no tiene otra opción, pero al hacerlo siempre va llena de miedo.

"Nada más estamos mirando a los lados para ver en qué momento puede haber una situación", admite Blanca Gómez, quien vive en una zona de riesgo.

La angustia por esta situación se comparte en las zonas consideradas focos rojos o de riesgo, en las cuales las consultas médicas y psicológicas van en aumento.

"Nosotros les llamamos estrés postraumático por casos de personas que de manera accidental han estado cerca de cuando ha pasado un suceso", precisa Guadalupe Caballero, especialista en salud mental.

Con las patrullas rondando, los delincuentes disparando a los uniformados y la amenaza de quedar en un fuego cruzado, la gente ha tenido que cambiar sus hábitos, hacer planes de emergencia e incluir las escuelas y hasta comprarse seguros de vida por si los alcanza la tragedia.

La salud física es otro aspecto afectado por esta situación; los expertos han detectado que quienes están expuestos a estos riesgos no puede dormir bien, dejan de comer y desarrollan padecimientos con más frecuencia.

Y es que olvidar escenas como la captada por estos pequeños no es cosa fácil, y hagan lo que hagan, los habitantes de estas comunidades saben que el peligro estará siempre entre ellos.

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