OAXACA - Familiares y compañeros de escuela sepultaron este lunes a Perla, de 9 años, y Wilbert Daniel, de 6 años, los dos niños mexicanos que aparecieron asesinados en el sur del país, en la carretera de El Espinal, en el Istmo de Tehuantepec, del estado Oaxaca.
El padre de ambos menores de edad, que vivían en una zona marginada del municipio de Juchitán de Zaragoza, está detenido como sospechoso del presunto infanticidio desde que acudió al lugar a identificar los cuerpos de sus hijos.
La Fiscalía de Oaxaca determinó que las dos víctimas, que hacían trabajo infantil, murieron en un sitio diferente al del hallazgo de sus cuerpos y que la causa del deceso fue por asfixia.
Se estableció también que no hubo reporte de los familiares cuando ambos niños desaparecieron de su hogar, donde la madre no vive desde hace tres años.
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En el interior de la vivienda se colocó un altar con velas para que los niños recibieran el rito del bautizo posmortem.
Antes de la salida del cortejo fúnebre, familiares y amigos clamaron justicia.
"Pedimos justicia para Daniel y Perlita, no le debían a nadie, ellos eran unos niños amorosos, solo alguien sin corazón, sin piedad, pudo haberles arrebatado la vida, ellos no merecían eso”, expresó una vecina que prefirió no ser identificada.
El cortejo recorrió las principales calles de Juchitán encabezado por los alumnos de la escuela "Saúl Martínez", en donde Perla y Wilbert estudiaban el cuarto y primer grado de primaria.
Como señal de duelo, los estudiantes se vistieron de blanco y en sus manos llevaban flores y globos blancos.
El maestro de los niños hizo el último pase de lista donde todos los niños respondieron al escuchar el nombre de sus compañeros asesinados.
Los niños fueron sepultados en el panteón Domingo de Ramos con sus pertenencias, como ropa, juguetes y zapatos, de acuerdo con la creencia indígena zapoteca de la región.
Al momento de sepultarlos, familiares y compañeros de escuela gritaron "justicia, justicia".
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, precisó horas antes que los niños fueron presuntamente ahorcados y que existe otra línea de investigación relacionada con problemas de la familia con otro grupo de personas.
"Lo que nos dice la Fiscalía es que fueron ahorcados y fue de esa manera un asesinato", indicó el mandatario.
"Se está investigando, se está llevando a cabo una investigación y se va a detener a quienes fueron culpables de esto, no puede haber impunidad", prometió.
El gobernador reveló que, presuntamente, los padres "fueron amenazados y les decían que iban a castigarlos donde más les dolía".
El crimen refleja la ola de violenta en México, donde la Red por los Derechos de la Infancia en México reportó que durante el año pasado 1,605 personas menores de 17 años de edad, 426 mujeres y 1,265 hombres, fueron asesinados en México.