Se supone que como cualquier mujer recién casada, Kim Kardashian debería tener una sonrisa permanente en la cara, pero eso no es así.
Tras una boda y una luna miel de escándalo, la joven aterrizaba en el aeropuerto de Nueva York sola, sin su marido Kanye y con una cara de malas pulgas que lo decía todo.
Los cientos de flashes dejaron ver a una Kim solitaria caminando por el aeropuerto con cara de malos amigos y sin soltar prenda. No dijo ni una sola palabra a las preguntas de los paparazzis que la esperaban.
De Kanye ni rastro. ¿Tendrá su cara algo que ver con eso? ahora todos se preguntan, ¿dónde estaba su nuevo y flamante marido? ¿Por qué no regresó del viaje con ella? y lo más importante, ¿por qué Kim no lo justificó o explicó dónde estaba Kanye?
Muchos interrogantes para tanta mala cara, así que solo se pudo captar la imagen de la joven, vestida de negro y con oscuras gafas de sol.
Habrá que dejar pasar el tiempo para ver cómo se desarrolla este nuevo matrimonio y si acertó Kim o fue un nuevo fracaso, el tercero ya sería.
