La Habana sin Obama: La ciudad que no verá el Presidente

El Prado Habanero, el Capitolio, el Gran Teatro Nacional, el Latinoamericano, el estadio más célebre de la pelota cubana.. La Habana parece acelerar su restauración y para embellecer sus entonrnos ahora está el incentivo de la visita de Barack Obama.

En la Habana, muchos fantasean con la llegada de la llamada “bestia”, el auto presidencial de Obama. Y dos Habanas coexisten: la que se restaura y la abandonada.

Un reportaje de la Televisión Cubana lo reportó así este martes: “Lo que nos permite apreciar esta fachada es destrucción, abandono, suciedad. Una realidad que ya escapa del formalismo de lo perdido para convertirse en una amenaza sanitaria…”

La descripción del panorama habanero por la periodista del Noticiero Nacional de TV corresponde a la situación de los cines Rex y Duplex, en la capital: una parte de la Habana, que seguramente Obama no verá… La Habana de la insalubridad personificada.

En vísperas del viaje de Obama, Cuba reporta su tercer caso de Zika, que se ha unido a la proliferación de los focos de dengue. Dos enfermedades transmitidas por un mismo mosquito que durante décadas ha sido el centro de inefectivas campañas de fumigación.

Con el llamado de Raúl Castro se intensifican las fumigaciones, los controles sanitarios en La Habana profunda, la Habana que quedará escondida a los ojos del presidente estadounidense.

Y entre todo lo que se dice circula la versión de que Obama tiraría la primera bola del juego de exhibición entre los Rays de Tampa y la selección nacional cubana.

A nadie le extraña entonces, que el Latinomericano sea el centro de la nueva obra de choque, la tarea urgente. En tanto los cines de barrio, según la TV cubana viven una realidad diferente.
 

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