RÍO DE JANEIRO, Brasil — Un hombre armado con un cuchillo se atrincheró en un bar en el popular barrio de Lapa con siete rehenes, los cuales fueron liberados a cuentagotas tras una larga negociación con la policía que duró cerca de ocho horas.
La liberación de los últimos rehenes se produjo entrada la noche, después de que los agentes del Batallón de Operaciones de la Policiales Especiales (BOPE) entraran en el lugar e inmovilizaran secuestrador con una pistola eléctrica.
Las autoridades siguen investigando las causas que llevaron al hombre a hacerse con siete rehenes, entre ellos dos trabajadores de la empresa estatal de comunicación EBC, la tarde de este viernes en el barrio de Lapa, uno zona repleta de bares y visitadas por numerosos turistas brasileños y extranjeros.
Una de las hipótesis que baraja la policía es que el secuestrador habría acudido al bar como venganza tras un malentendido con uno de los funcionarios del mismo.
El pasado mes de agosto el secuestro de un autobús en el puente de Niterio de Río de Janeiro terminó con el asaltante muerto por el disparo de un francotirador de elite apostado sobre un camión de bomberos.
El suceso generó una gran polémica ya que, poco después de la muerte del asaltante y nada más aterrizar sobre la autopista que alberga el puente, el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, dio un salto y levantó el puño en señal de victoria.
Witzel, juez de carrera y antiguo infante de la Marina, ha sido criticado por su exacerbado uso de la contundencia policial para combatir la criminalidad y su gesto fue duramente condenada por las organizaciones de derechos humanos de Brasil.