SAN ANTONIO – La pesadilla no termina para una familia mexicana, cuya hija de 10 años que fue detenida por agentes de inmigración luego de ser sometida a una cirugía.
Y es que el padre de Rosa María Hernández enfrenta una posible deportación desde hace cinco años, por lo que teme que la fecha en que sea removido del país esté cada vez más cerca.
Este martes, César Hernández Torres se presentó en una corte federal en San Antonio junto con su hija y su abogado para presentar una apelación en su caso.
El juez otorgó una extensión para que el padre y su abogado reúnan las pruebas necesarias para demostrar que la estancia de él en Estados Unidos es de vital importancia para la salud de su hija.
La pequeña atrajo la atención nacional luego de que en octubre de 2017 fuera enviada de la cama de un hospital a un centro de detención para menores indocumentados.
Inicialmente, la niña pasó por la garita de esa ciudad para ser trasladada a un hospital de la ciudad de Corpus Christi, donde estaría siendo sometida a una cirugía de vesícula biliar.
La Patrulla Fronteriza envió a varias de sus unidades para escoltar a la menor al hospital y vigilarla hasta que ella fuera dada de alta. Sin embargo, la niña luego fue trasladada a San Antonio a la Oficina de Reubicación para Refugiados.
Tras una batalla legal, la menor – quien además padece de parálisis cerebral – fue liberada a principios de noviembre.
“Preocupado porque [Rosa María] me necesita y pues yo también necesito a mi familia junta y poder seguir la vida como la llevábamos, bien”, dijo el padre de la niña.
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El abogado de la familia aseguró que el caso del padre es difícil, pero dijo estar optimista de que la condición médica de la niña pueda servir como prueba para detener la deportación.
